Una discusión típica de oficina es acerca de la temperatura del aire acondicionado. Según estudios recientes la temperatura en el trabajo está adaptada para el cuerpo masculino.
Generalmente son las mujeres las que sienten frío y no pueden hacer otra cosa que abrigarse como si estuvieran en invierno. Así aparecen en pleno verano acompañando vestidos, polleras y telas livianas los ponchos, chalinas y sacos hechos para soportar el frío. Es muy común que muchos oficinistas se resfríen en verano por el cambio de temperatura diario entre la temperatura de la oficina y lo caluroso del exterior. Según un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Nature Climate Change la temperatura en la mayoría de las oficinas se ajusta de acuerdo a un método implementado en la década del '60 acorde al metabolismo masculino, más precisamente, al de un hombre de 40 años. Según el estudio, el metabolismo de un hombre de 40 años es un 30% más rápido que el de las mujeres, por lo que, mientras que los integrantes del sexo masculino están más que cómodos con la temperatura de la oficina, la mayoría de sus pares femeninas necesitaría unos grados de más para estar en un ambiente placentero. El doctor Boris Kingma del Centro Médico de la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos, y líder de la investigación, aseguró que "el mensaje principal es que dentro de los estándares actuales, el valor de la temperatura está basado en el hombre promedio. Esto subestima el índice metabólico de la mujer en un 20% o 30% en promedio". En general, los hombres generan más calor que las mujeres, por lo que se sienten más cómodos en temperaturas más frías. Además, el metabolismo se ralentiza con la edad, por lo que cuanto menos joven es el grupo de trabajadores, más alta debería ser la temperatura dentro de la oficina. Es por eso que los autores del estudio apuntan a una necesidad de crear un nuevo sistema que tenga en cuenta las diferencias de género, además de la edad y características fisiológicas. "Los estándares actuales no incluyen variables que tengan en cuenta la composición del cuerpo de los ocupantes de un edificio. Queremos mostrar que se puede hacer algo al respecto en el futuro", explicó Kingma. Sin embargo, el experto advierte que los investigadores que llegaron a estas conclusiones "no recomiendan un alcance específico de temperatura en la oficina. Señalamos, en cambio, cómo el índice metabólico difiere entre los hombres y las mujeres, y qué tan importante esta información podría ser a la hora de definir los estándares de temperatura para interiores". |
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Febrero 2021
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